Mientras para algunas personas era sólo el sujeto que cantó ‘El Sirenito’, para otras Rigo Tovar fue todo un ídolo que dejó una gran huella en el género regional mexicano. De hecho, él creó una banda musical que mezcla la cumbia, la balada y el bolero, así que podríamos decir que revolucionó las melodías que el público en ese entonces adoraba.
Como este mes se celebra su natalicio, queremos recordar un poco su trayectoria como músico, así como algunos de los homenajes rendidos en su memoria.
Nacido en Matamoros, Tamaulipas, Rigoberto Tovar García perteneció a una familia humilde. Como dato curioso, tenía 10 hermanos con los que solía estudiar la escuela primaria y trabajar para llevar el pan a la casa.
Al vivir en una ciudad fronteriza entre México y Estados Unidos, el joven desarrolló un gusto por la música grupera, a la cual adaptó un estilo único mezclado con estilos tropicales. Su hermano Silvano, quien ya probaba suerte trabajando en el extranjero, le llevó por aquel entonces su primera guitarra eléctrica: una Silverstone. Con ella surgió el deseo de Rigo por adquirir el resto de los instrumentos musicales para formar un grupo. Algunos años después partió a Texas a consolidar sus ilusiones.
Después de pasar por empleos como albañil, barman en el Panamerican Night Club, limpiador de letrinas en un campamento de boy scouts retirados y cuidador de camellos en un zoológico, entre otros, Rigo por fin recibió una invitación para tocar los fines de semana en un grupo musical llamado Blue Cornets. Entonces comenzó a ganar una fama descomunal y formó la ahora legendaria banda Conjunto Costa Azul.
Regresó a México y su éxito se hizo aún mayor gracias a temas como ‘Mi Matamoros Querido’, ‘Cómo Será La Mujer’ y ‘No Que No’, entre otros.
Se le consideró un pionero que introdujo instrumentos modernos a la dotación acostumbrada dentro de la música tropical y de la cumbia (guitarras eléctricas, sintetizadores, bajo eléctrico, efectos de «sampleo», órganos moog y batería eléctrica, instrumentos acústicos regionales variados en combinación con guitarras españolas y derivados folclóricos junto a cuerdas clásicas variadas).
Si algo podemos decir sobre Rigo, es que su carrera como cantante fue exitosa casi hasta el final. Su vida llena de excesos y la popularidad con sus seguidoras hicieron que se ganara el apodo de “El Jim Morrison mexicano”, aunque sólo su cabellera rebelde y sus lentes imitaran al vocalista de The Doors.
A pesar de que el final de su vida fue algo trágico, muchos fans y exponentes musicales mexicanos le recuerdan con cariño. De hecho, existen homenajes como el de Control, que tituló a ese material Recordando a Rigo Tovar; también hay sencillos compuestos por varios rockeros de nuestro país, que pertenecen al álbum Rigo es Amor.
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