¿Cuántas veces has deseado cambiar tu realidad y transportarte a otro mundo mucho más interesante? En 2009, el productor Henry Selick decidió llevar a la pantalla grande la increíble historia de una niña que un día, dentro de su nueva casa, descubre un pasadizo secreto hacia una dimensión mucho más interesante y emocionante que su vida cotidiana.
La historia de Coraline está basada en la novela homónima del escritor británico Neil Gaiman, publicada en 2002. Su versión cinematográfica comienza cuando Coraline se muda con sus padres a un pequeño departamento dentro de una enorme casa llena de excéntricos inquilinos.
Aburrida y desesperada porque sus padres no le prestan atención, Coraline decide explorar la zona, y sin querer se encuentra con Wybie, un simpático niño que se hace su amigo y le regala una muñeca con un enorme parecido a ella.
Después del extraño encuentro, Coraline regresa a su casa y descubre una pequeña puerta secreta que la transporta a un mundo muy similar al suyo; aunque en este, sus padres son mucho más amorosos y atentos, y ellos en lugar de ojos, tienen botones. Entusiasmada por el hallazgo, decide volver cada noche, hasta que se da cuenta que el mágico mundo esconde un lado siniestro: su otra madre es en realidad un ser maligno que desea apoderarse de su alma.
Coraline debe encontrar la clave para derrotar a su otra madre antes de que atrape a más víctimas. Mientras eso sucede, también aprende a convivir con sus simpáticos vecinos: el señor Bobinski, un gimnasta retirado que desea adiestrar a un grupo de ratones, y las señoras April Spink y Miriam Forcible: dos famosas actrices retiradas que viven rodeadas de perros disecados.
Impresionante realización
Una de las principales razones que hacen a esta película una historia extraordinaria es el impecable trabajo de stop motion de los estudios de animación Laika. Cada uno de los detalles que salen a escena fueron cuidadosamente elaborados a mano con materiales cotidianos para aportarle realismo a la cinta. Realizar 74 segundos de la película le tomaba al equipo de producción ¡una semana entera!
Para crear al personaje de Coraline se crearon 28 muñecos diferentes, mientras que para crear los jardines que se ven en la película se utilizaron materiales como pelotas de ping-pong, dedales de silicona, y palomitas de maíz pintadas.
Otro de los factores que le aportan magia y misticismo a la película es la banda sonora compuesta por 32 temas en los que colabora el coro infantil de Niza y la Orquesta Sinfónica de Budapest.
Como acabas de leer, Coraline tiene más de una razón para ser una película extraordinaria que vale totalmente la pena ver. No pierdas la oportunidad y sumérgete en esta fascinante y aterradora historia, disponible en Claro video.
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