Creer en algo desconocido nos resulta difícil; aceptar la visión de un mundo diferente al que conocemos es sin duda una práctica a la que no estamos acostumbrados; un ejemplo de ello son los alienígenas, ¿crees en ellos?
Existen numerosas cintas de estos pequeños seres que se hacen presente en la tierra para aniquilarnos y robarse nuestra identidad como Alien, el octavo pasajero, Aliens, el regreso, Alien: la resurrección; o para alegrarnos el corazón como E.T., el extraterrestre.
Cuando E.T., llegó a la pantalla grande en 1982, fuimos testigos de la amistad entre un humano y un ser de otro planeta, una experiencia desconocida y aterradora para muchos, pero sin duda increíble para otros. Y es que nuestra disposición de aceptar algo desconocido pareciera que se aleja con el paso del tiempo, ¿o ya se te olvidó que cuando eras pequeño morías de miedo con Chucky o Eso?.
En este trabajo de Spielberg, lo anterior se ve reflejado con los personajes de Keys, un investigador del gobierno y Mary, madre de Elliot. Por otro lado, en contraposición, somos testigos de cómo los personajes principales (Elliot y E.T.) crean un lazo a través de su capacidad para creer uno en el otro. Por una parte Elliot, a pesar de ser un niño solitario, se encuentra presto a confiar en algo más allá de su entendimiento, y E.T., un ser olvidado en un planeta desconocido decide confiar en un humano.
¿La capacidad de creer entonces se debe a que somos niños?, quizá no (no sabemos cuántos años tiene E.T.), además a Gertie, la pequeña hermana de Elliot, le cuesta un poco más adaptarse al extraterrestre. Pero es indudable que cuando se es pequeño, la capacidad de admitir y justificar algo que resulta fantástico, como en este caso Elliot cuidando y protegiendo algo desconocido, es mucho más sencillo. Aunque todos los personajes tengan dificultades para aceptar lo diferente, al final demuestran que la capacidad de creer se encuentra intrínseca en el ser humano. Es por esta habilidad que la película nos lleva a través de una historia de amistad, a vivir una gran aventura y, a su vez a dar una lección para aquellos que son un poco escépticos.
Esta cinta ha sido considerada como una autobiografía de Steven Spielberg. ¿Sabías que el personaje de E.T. está basado en un amigo imaginario del cineasta? Es por ello que se proyecta como algo muy propio del director, quien ha declarado lo siguiente: “E.T. fue un amigo que podría ser el hermano que nunca tuve» .
Indudablemente gracias a la imaginación y creatividad de Spielberg es que hoy tenemos a uno de los extraterrestres más famosos y cariñosos del cine y una de las escenas de despedida más tristes de la historia. No obstante, la película tuvo 5 nominaciones y ganó un Oscar por mejor banda sonora por parte de John Williams.
Te invitamos a hacer clic en Claro video para disfrutar las cintas de este director, sin dejar de pensar en que tuvo un amigo imaginario con el que jugaba en su infancia.
«Casa, teléfono»
