Después del lanzamiento de las películas Red social y Jobs, dirigidas por David Fincher y Joshua Michael Stern respectivamente, Bill Condor llevó a la pantalla grande El quinto poder, una cinta que expone el surgimiento de WikiLeaks; una organización internacional sin fines de lucro que en su sitio web publica información filtrada y contenido sensible del interés público sobre actividades ilegales realizadas por políticos, bancos, gobierno, etc., cuidando el anonimato de sus fuentes.
El director nos regala una impactante representación del creador del sitio WikiLeaks, Julian Assange (Benedict Cumberbatch), ciberactivista y periodista, junto a su compañero de trabajo y activista Daniel Domscheit-Berg (Daniel Brühl); además aborda puntos claves dentro de la trama como la libertad de expresión, los daños colaterales que provocó la divulgación de información y los secretos que involucran al gobierno.
Esta refleja el compromiso de Assage por hacerle saber a la población todos los secretos de corrupción que guardaba el Estado a través de la libre expresión. Por ello, une su ideología con el talento de un periodista para la creación de un sitio web en donde pudieran exponer los sobornos e inmoralidad política y financiera sin miedo a represalias. Pero la situación se torna compleja en el año 2010, cuando un joven soldado de 22 años, revela que fue él quien entregó a la organización más de 90 mil documentos con material militar. Esto pone en riesgo su integridad y despierta el cuestionamiento sobre si el medio de comunicación ha llegado al punto arriesgar la vida de sus fuentes con tal de cumplir su objetivo.
A pesar del contexto y de que la producción fue buena, algunos críticos de cine consideran que, el guionista Josh Singer, no debió limitarse a plasmar lo narrado en los libros Dentro de Wikileaks: Mi vida en la web más peligrosa del mundo, de Daniel Domscheit-Berg y Wikileaks y Assange, de David Leigh, periodista de The Guardian, que por si fuera poco, ninguno cuenta con la aprobación de Julian Assage. Sin embargo, un elementos que se le agradece es que desde el inicio nos transportan al quinto poder sin tanto rodeo: la tecnología y las redes sociales.
Por otro lado, es importante destacar la actuación de Cumberbatch, que tiempo antes de comenzar el rodaje, el propio Assange le pidió que no lo representara; sin embargo el actor continuó firme con su decisión y gracias a su caracterización, lenguaje corporal y previo análisis del personaje, logró una réplica casi perfecta.
Con la llegada de la tecnología, muchas cosas a nuestro alrededor han cambiado y tener acceso a la información cada vez es más sencillo. Por ello, te recomendamos que hagas clic en Claro video y no te pierdas esta fascinante película que te llevará a un controversial viaje por la red.
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