Ni los payasos, las arañas, la oscuridad o ir al dentista: el miedo más grande de un niño siempre será perder a su mascota, pues representa el primer vínculo de amistad que tendrá en la vida. Seguramente en estos momentos estás recordando al compañero que te vio crecer y al que un día tuviste que decir adiós.
En 2012, Tim Burton nos llevó por un viaje de nostalgia en blanco y negro con Frankenweenie, una película animada con la técnica stop motion en la que nos presenta a Víctor Frankenstein, un niño que se obsesiona con resucitar a su perro Sparky que murió atropellado.
Víctor es un amante de la ciencia, así que un día decide imitar un experimento de su clase y logra devolverle la vida a su perro, al estilo del monstruo Frankenstein. Víctor esconde a Sparky, pero logra escapar y ser visto por Edgar Gore, un compañero de clase que lo chantajea para que le enseñe a resucitar animales.
Víctor y Edgar experimentan con un pez, al que logran resucitar, sin embargo algo sale mal, y el animal se hace invisible. Orgulloso del resultado, Edgar le presume el experimento a Toshiaki y Bob, dos chicos que harán todo lo posible por descubrir la técnica e imitarla para ganar en la feria de ciencia.
Las cosas se salen de control y pronto todos los compañeros de Víctor conocen el secreto, así que deciden experimentar también y resucitan animales que se convierten en horribles monstruos que atacan a la gente.
A pesar de basarse en una historia muy simple, Frankenweenie tiene muchas razones para ser una de nuestras películas favoritas. La primera de ellas es simplemente por el hecho de recordarnos a nuestra primera mascota y el montón de travesuras que hicimos a su lado.
Otra de las razones que definitivamente te harán adorar esta película es que el pequeño Víctor tiene una enorme similitud al protagonista de la película El cadáver de la novia, también de Burton. Es inevitable pensar que el pequeño Víctor Frankenstein es la versión infantil de Víctor Van Dort, quien también tenía un perro.
Tim Burton confesó en una ocasión que el simpático perro que aparece en sus películas, incluyendo a la fantasmagórica mascota de Jack Skeleton, está inspirado en un perro callejero con el que se encariñó demasiado, pues sabía que tenía una enfermedad y que pronto moriría.
Así es, Burton inmortalizó a su fugaz compañero perruno en sus películas, convirtiéndolo en un personaje entrañable con el que todos recordamos el amor que sólo una mascota nos puede dar. De esa manera decidió darle vida por siempre.
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