El señor de las sombras no ha muerto, y no estamos hablando de Voldemort, sino del mismísimo Javier Solís, porque “sombras nada máaaaas, acariciando mis maaanos” (seguro lo leíste cantando), fue el éxito del 65 que indudablemente le otorgó este alias a Gabriel Siria Levario, nuestro cumpleañero de hoy.
Gabriel Levario, o como a muchos les gusta llamarlo, Señor de las sombras Solís, nació un día como hoy 1 de septiembre de 1931; y hasta nuestros días sigue clavándonos en el corazón ese desamor que todos hemos vivido.
Tras su fallecimiento en 1966, un año después de componer “Sombras”, Solís se instauró como un ícono del bolero mexicano, imponiendo el desamor en la música mexicana y creando el bolero ranchero en los años 50, desde entonces Javier Solís es el Rey del bolero ranchero.
Te presentamos algunas de las canciónes de Javier Solís hechas para todo tipo de amores:
«Payaso»
¿Y el amor propio? Esta canción trata sobre lo desafortunado que te sientes, y cómo es que todos los días sonreímos al mundo y por dentro nos sentimos muy tristes. Con el trío Los Panchos es ¡hermosa!
Payaso, soy un triste payaaaaso.
«Regálame esta noche»
Esta canción grita en todo su esplendor ¡por favor no te vayas!, cuando sientes que todo está perdido, que nada puedes hacer para salvar ese amor y lo único que deseas es un instante más. En Claro Música la tienen aquí.
Regálame esta nooooche, regálame la muerte.
«Se te olvida»
¿Te han bateado? ¿Te han dicho que siempre no? Pues esta es la canción indicada para llorar al más puro estilo del bolero, pero eso sí, ¡con dignidad señores!
Y hoy resulta
que no soy de la estatura de tu vida
y al dejarme casi, casi se te olvida
que hay un pacto entre los dos
«Entrega total»
¿Juras amor incondicional? Esta es tu canción, no solo le dice a esa persona que tanto amas que será por siempre y para siempre, sino que puede hacer contigo lo que quiera, aunque después lo lamentes podrás elegir otra canción de aquí.
Quiero entregarme a ti en una forma total, no con un beso nada más, quiero ser tuyo sea por bien o sea por mal.
“Me voy pero un día volveré” cantaba el rey, “Adiós, adiós, adiós…” ¡Javier Solís! Así despedimos al intérprete de nuestras horas tristes.
