La Fórmula 1 es uno de los campeonatos automovilísticos más espectaculares a nivel internacional. Su origen se remonta a 1894 en Francia, cuando se celebraban carreras de autos por caminos de guerra; aunque no fue hasta 1906 que aconteció la primera competencia que llevó por nombre el Gran Premio.
En 1950, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) organizó el primer Campeonato Mundial de Pilotos como respuesta al Campeonato Mundial de Motociclismo. En ese entonces escuderías como Ferrari, Alfa Romeo y Maserati ya tenían participación.
En México, la llegada de la F1 sucedió gracias al presidente Adolfo López Mateos, quien era un gran aficionado a los autos, bajo su mandato se construyó el Autódromo en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, inaugurado en 1959.
El 3 de noviembre de 1962 se celebró por primera vez el Gran Premio de México, aunque se trató sólo de una carrera de exhibición, logró atraer la atención de todos los mexicanos, pues grandes figuras de la F1 visitarían el país. Lo que nadie sabía era que la historia de la F1 en México comenzaría con una gran tragedia.
El mexicano Ricardo Rodríguez, una de las máximas promesas del pilotaje nacional, se encontraba practicando a bordo de un Lotus 24 del equipo Rob Walker. Cuando se disponía a dejar la pista, se enteró que el piloto británico John Surtees había batido su récord; tomando ventaja por un segundo.
La promesa mexicana no lo dudó ni un instante y regresó a la pista. Aceleró por la recta a gran velocidad hasta llegar a la temida curva peraltada, en donde perdió el control y se estrelló dramáticamente contra la valla de contención. Ricardo sobrevivió sólo unos minutos más, pues falleció al llegar al hospital Balbuena. Así terminó la vida del piloto que debutó en la F1 con tan sólo 19 años.
La muerte de Ricardo conmocionó a toda la sociedad, incluso se solicitó que el recinto cambiara de nombre a Autódromo Ricardo Rodríguez. Una década después el Autódromo fue rebautizado como Autódromo hermanos Rodríguez, en honor a Ricardo y Pedro Rodríguez, piloto que también falleció en la pista.
De 1962 a 1970 se celebraron nueve Grandes Premios en México. Aquella época que coincidía con el «Milagro mexicano» ayudó a que las carreras de autos en el país se convirtieran en eventos de prestigio que sólo visitaba la gente de alta sociedad; entre ellos políticos y artistas del momento.
Algunos de los pilotos más prestigiosos de la época como Jim Clark, Graham Grill y Jackie Stewart pilotaron en el Autódromo de la Ciudad de México; llenando de adrenalina la sangre de todos los aficionados del automovilismo.
La F1 tardó 16 años en regresar a México. Nombres como Alain Prost, Ayrton Senna, Nigel Mansell, y Gerhard Berger comenzaban a figurar en la escena automovilística. Aquel inolvidable evento en el que el público mexicano se maravilló con la técnica de Senna al volante no volvió a repetirse en 23 años.
Cuando la F1 tuvo su tercer regreso a México, nos presentó a Hamilton, Vettel, Alonso, Raikkoken y, por supuesto, al Checo Pérez, uno de los máximos orgullos del pilotaje mexicano.
A lo largo de casi 60 años, el Autódromo Hermanos Rodríguez ha sido testigo de innumerables emociones que la afición evoca cuando ve correr a toda velocidad a sus pilotos favoritos. Si tú eres de aquellos amantes de la adrenalina al volante no te pierdas cada fin de semana la transmisión de los Grandes Premios en Fox Action por Claro video.
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