Ver una película de Wes Anderson se ha convertido, con el paso de los años, en una especie de ritual en el que la simetría de los planos, la paleta de colores delicadamente distribuida, los títulos en Futura Bold, y las historias de viajes, evocan a la nostalgia y melancolía pero con momentos felices.
El director estadounidense ha construido desde la década de los noventa una filmografía de autor sumamente atractiva para los ojos más perspicaces, aunque ese no es su único distintivo. Al igual que Woody Allen con Diane Keaton, Tim Burton con Johhny Deep, o los hemanos Coen con George Clooney, Anderson también ha reunido a un extraordinario elenco en el que algunos actores se han hecho imprescindibles.
La relación cinematográfica más significativa de Anderson es sin duda la que inició en 1998 con Bill Murray. El director estadounidense apareció a la mitad de la extraordinaria carrera del emblemático actor para invitarlo a participar en Rushmore, su segundo largometraje. Anderson le envió el guión de la película a Murray sin la menor idea de lo que sucedería después: durante una junta con los ejecutivos de Disney el director recibió una llamada de Murray para platicar sobre el señor Blume.
Se dice que Bill Murray le entregó a Anderson un cheque de 25 mil dólares para ayudarlo a financiar la película; sin embargo, el director prefirió conservarlo, tal vez como el recuerdo del inicio de una relación entrañable: desde ese entonces Bill ha participado en todas sus cintas.
Si Bill Murray es una figura imprescindible para las historias de Anderson, Owen Wilson es un caso especial: ha estado presente en su carrera filmográfica mucho antes de que el director le pusiera su sello personal, incluso fuera del ámbito cinematográfico, pues ambos compartieron habitación durante su estancia en la universidad en Austin Texas. En 1996, Wilson protagonizó junto a su hermano Luke Wilson Ladrón que roba a otro ladrón, ópera prima de Anderson y, aunque no participó en su siguiente película, se robó nuestro corazón en Los excéntricos Tenebaums, interpretando a Eli Cash, el pariente incómodo que se enamora de su hermanastra.
Murray y Wilson se volvieron a encontrar en La vida acuática con Steve Zissou, el cuarto trabajo filmográfico de Anderson en el que Wilson interpreta al piloto Ned Plimpton, quien se une a la tripulación del submarino comandado por el legendario explorador marino Steve Zissou (Murray), solo para confesarle que es su hijo.
El ‘club anderesco’ no estaría completo sin la presencia del actor y músico Jason Schwartzman, quien tuvo un inolvidable debut como Max Fischer en Rushmore, y casi una década después como Jack Whitman en Viaje a Darjeeling. Jason también prestó su voz para dar vida al simpático Ash en El fantástico señor zorro.
Si bien Adrien Brody y Edward Norton no han seguido a Anderson durante toda su trayectoria, que abarca hasta la fecha 9 cintas, sí son parte importante de su círculo de camaradas, pues han tenido importantes participaciones dignas de su indiscutible talento actoral. Brody interpretó a Peter Whitman en Viaje a Darjeeling, al villano Dmitri Desgoffe-und-Taxis en El Gran Hotel Budapest, y al topo Rickity en Fantástico señor zorro. Edward Norton se ha convertido en su nuevo favorito, trabajando con el director en Moonrise Kingdom como el scout veterano Randy Ward, y como Inspector Henckels en El Gran Hotel Budapest.
Hace unos días se estrenó Isla de perros, el último largometraje de stop motion de Wes Anderson cuyo reparto de voces está conformado por sus viejos amigos Bill Murray y Edward Norton, además de una nueva pandilla formada por Bryan Cranston, Frances McDormand, Scarlett Johansson y Yoko Ono. Curiosamente, Owen Wilson no forma parte de este elenco, lo que sorprendió tanto al público como al mismísimo actor, declarando que no sabía por qué su nombre no se encontraba en el reparto.
En lo que piensas a cuál de estos talentosos actores te gustaría seguir viendo en las historias de Wes Anderson, te invitamos a ver algunos de sus títulos más entrañables en Claro video.