Hace poco más de 40 años el séptimo arte vio la llegada de la historia de ciencia ficción más increíble de todos los tiempos. La película comenzaba con una leyenda emergente en letras azules que le advertía al espectador sobre la legendaria aventura espacial de la que sería parte, al mismo tiempo que revelaba una pieza musical que también se volvería inmortal.
Star Wars, o La guerra de las galaxias, no solo se coronó en el gusto del público por su inigualable historia. Todo fanático admite sin reparos que gran parte de su amor hacia la saga de George Lucas se debe a la impecable banda sonora que complementa cada una de las escenas.
John Williams es la mente maestra detrás de las extraordinarias partituras que musicalizan la ópera espacial, quien antes de maravillarnos con Star Wars, ya había compuesto piezas para obras teatrales y películas como Tiburón y La trama, cinta póstuma de Alfred Hitchcock.
Aunque el músico ya era reconocido en el medio, con Star Wars logró lo que nadie había logrado en el cine hasta ese entonces: hacer que el espectador reconociera el tema central de una película en menos de cinco segundos. Hoy en día no hay persona que no logre tararear, por ejemplo, la ‘Marcha Imperial’, aún sin haber visto la saga; ni fanático al que no se le enchine la piel al recordar la mítica aparición de Darth Vader mientras las imponentes Star Destroyers se alínean detrás.
¿Cómo surgió la alianza Lucas-Williams?
Cuenta la leyenda que tras una serie de tropiezos, Lucas había conseguido luz verde a su proyecto cinematográfico, por lo que necesitaba casi urgentemente a un compositor que entendiera el concepto y estuviera dispuesto a trabajar con él.
La mejor opción era John Williams, quien ya tenía un Oscar bajo la manga. Steven Spielberg fue el mediador que hizo que las dos mentes maestras se conocieran en 1975, a unos días de estrenarse Tiburón. Lucas le entregó a Williams una copia del guión, y le pidió que se concentrara en comprender la historia, así que el compositor se vio obligado a cambiar su proceso creativo e incluso visitar el rodaje de la película.
El deseo de Lucas era que la cinta tuviera un sonido clásico y no solo un tema principal. De tal forma que tras un sinfín de partituras y un ambicioso repertorio en el que cada tema estaba concebido para un instrumento en específico, en marzo de 1977 comenzó la grabación.
Participaron 86 músicos en total: 26 violines, 10 violas, 10 chelos, 6 contrabajos, 11 maderas, 8 trompas, 4 trompetas, 3 trombones, 2 tubas, 2 arpas, y 3 instrumentos de percusión. ‘El tema de la fuerza’ fue compuesto para darle prioridad al corno inglés, y el de Leia para flauta.
Fueron 42 horas de grabación de las cuales solo conocemos 88 minutos de filme y 74 de CD. Lo demás es historia. Una que hasta la fecha sigue escribiéndose y acumulando un gran séquito de fanáticos quienes agradecen cada nota musical.
Ahora que conoces el origen de una de las bandas sonoras más extraordinarias del cine, te invitamos a escuchar las mejores recopilaciones por Claro música y a revivir los episodios en Claro video.
