Como era de esperarse, el reciente estreno de Blade Runner 2049 provocó entre los aficionados una necesidad natural de compararla con la legendaria Blade Runner, de Ridley Scott. Una comparación que realmente no debería ser tan común pues, aunque existen remakes de películas en las que lo único que cambia es el elenco, en este caso se trata de dos historias distintas, a pesar de que el filme de Denis Villeneuve también haya logrado convertir la estética de su cinta en un elemento vital de la narrativa y a la vez, haya conseguido recrear espacios, tonalidades e incluso personajes de la versión original.
Hace 35 años se estrenó Blade Runner, dirigida por Scott y protagonizada por Harrison Ford. Basada en un texto de Philip K. Dick y ubicada en un futuro que en aquella época parecía muy lejano, conceptualmente hablando, el filme nos contaba la historia del policía Rick Deckard en su búsqueda de cuatro replicantes que habían regresado desde su encierro en Marte hasta Los Ángeles, para intentar contactar a sus creadores, los miembros de la Tyrell Corporation, con la intención de obtener explicaciones acerca de su identidad.
Este argumento guardaba una profunda reflexión acerca de los valores de lo considerado como humano, así como un planteamiento filosófico acerca de la libertad individual en un escenario absolutamente distópico y lleno de avances tecnológicos. Gracias a estas razones, la producción logró pasar a la historia como una película de culto, por lo que el anuncio de una nueva versión de la historia, a 35 años de su lanzamiento, generó gran expectativa.
La cinta Blade Runner 2049 de Villeneuve sitúa la historia en el mismo año del título. La sociedad y el entorno ya no resultan tan extraños a los espectadores modernos, que están acostumbrados a una vida mucho más expuesta a la tecnología, las proyecciones en 3D e incluso a jugar en su casa con consolas y gadgets de realidad virtual. Así como la visión del público ha cambiado, también lo ha hecho la consciencia de los temas y problemas planteados en la trama, pues actualmente, los avances científicos y tecnológicos ya desarrollaron la existencia de identidades diferentes a las humanas, así como la creación de inteligencias artificiales que cuentan con emociones propias y por supuesto, la posibilidad de clonar seres humanos.
Es precisamente por estas razones que la historia de Villenueve ha logrado ser tan impactante para una audiencia que se identifica mucho más con lo expuesto por los personajes de la cinta, que en este caso son liderados por la brillante interpretación de Ryan Gosling en el papel de K, un ser anónimo y solitario que deambula en un mundo incomprensible, donde intenta encontrar su lugar y un objetivo vital ante el desconocido significado de su existencia. Es precisamente en este proceso individual que K se reencontrará con el desaparecido Rick Deckard, logrando una increíble convergencia entre las dos historias que, sin lugar a dudas, nadie debe darse el lujo de perderse.
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