Las muñecas poseídas son un tema muy recurrente en películas de terror como Child’s Play (Tom Holland, 1988), Puppet Master (David Schmoeller, 1989) o Annabelle, sin embargo, pocos saben que aquella película que causó miles de pesadillas está basada en una historia real…
Todo comenzó en 1970 cuando una mujer decidió comprarle una muñeca Raggedy Ann a su hija Donna, quien estudiaba enfermería y acababa de mudarse con su compañera Angie. Todo iba bien hasta que las chicas comenzaron a notar algo escalofriante: la muñeca cambiaba de sitio por sí sola.
Ni Donna ni Angie creían lo que estaba pasando. Al principio pensaron que se trataba de una jugarreta de sus compañeros, sin embargo, comenzaron a preocuparse cuando al dejar su habitación cerrada con llave, y regresar de sus clases, la muñeca seguía apareciendo en lugares distintos a donde ellas la habían dejado antes de salir.
Todo empeoró cuando la muñeca ya no sólo se movía de lugar dentro de la habitación, sino que ahora aparecía en otros lugares de la casa, cuando la habían dejado encerrada con llave. Por si fuera poco, las chicas empezaron a encontrar notas de papel escritas con letra infantil que decían mensajes como «ayúdenos» o «ayuden a Lou» (novio de Donna).
Una noche Donna llegó a su departamento y notó que la muñeca nuevamente había cambiado de posición, cosa que no le sorprendió demasiado, sin embargo en esa ocasión notó algo aún más espeluznante: la muñeca tenía manchas rojas, como de sangre, en las manos y el pecho.
Angie y Donna decidieron que era hora de buscar ayuda, así que contactaron a médium, quien les indicó que la muñeca estaba poseída por una niña de nombre Annabelle Higgins, quien vivía en el departamento mucho tiempo atrás, y había fallecido a la edad de 7 años.
El espíritu de la niña le comunicó a la médium que estaba muy feliz y cómoda viviendo con Donna y Angie, y que quería seguir viviendo a su lado. Las chicas sintieron ternura y compasión por Annabelle, así que le dieron permiso para que siguiera viviendo con ellas. Ellas no sabían que aquello sería un grave error.
Lou nunca sintió compasión por la muñeca, y siempre se mostró escéptico ante la historia de la niña. Incluso les dijo a las chicas que percibía que la muñeca emanaba una vibra diabólica, cosa que ellas ignoraron. Una noche Lou despertó de una espantosa pesadilla. Al mirar hacia sus pies vio a Annabelle quien dio pequeños pasos hacia su cuello e intentó estrangularlo.
Al día siguiente Lou, Donna y Angie se preparaban para realizar un pequeño viaje, cuando escucharon susurros provenientes de una habitación. Lou se dirigió a investigar de qué se trataba, cuando abrió la puerta descubrió a Annabelle sentaba mirando hacia la pared. A medida que se acercaba a ella comenzó a sentir que alguien estaba detrás de él, pero al voltear no vio a nadie. Segundos después sintió como algo o alguien lo arañaba en el pecho. Al abrir su camisa notó tres rasguños verticales y cuatro horizontales que formaban la marca de la bestia. Mismos que desaparecieron dos días después.
Fue a partir de ese incidente que el matrimonio Warrens, los famosos demonólogos que al analizar el caso de Annabelle llegaron a la conclusión de que la muñeca no estaba poseída por una inocente niña, sino por una entidad no humana mucho más poderosa. Los Warrens decían que los espíritus no pueden poseer objetos inanimados como casas o juguetes, sino más bien personas, así que un espíritu maligno había estado manipulando a la muñeca con la intención de poseer a Donna.
Los Warrens decidieron realizar un exorcismo en el departamento a cargo de un padre. Donna les pidió a los demonólogos que se llevaran a la muñeca lejos de ella, y así lo hicieron, sólo que los Warrens argumentaron que mientras viajaban en auto con Annabelle estuvieron a punto de estrellarse en varias ocasiones. La única forma que encontraron los Warrens de calmar al demonio que manipulaba a la muñeca fue rociarla con agua bendita.
Cuando los Warrens llegaron a su casa los fenómenos paranormales continuaron por varios días. Ellos cuentan que Annabelle levitó en varias ocasiones y cambiaba de posición dentro de la casa. Se dice que la muñeca le provocó accidentes a las personas que se burlaron de ella, en, al menos dos ocasiones. Incluso el cura Jason Bradford, quien fue a ver a Annabelle y le dijo que no podía causarle daño a nadie, estuvo a punto de perder la vida en un accidente automovilístico tras dejar la casa de los Warrens.
Desde ese entonces Annabelle yace dentro de una vitrina en el Museo del Ocultismo fundado por el matrimonio Warrens. Ya que conoces la verdadera historia de la espeluznante muñeca puedes correr a ver Annabelle 1 y 2 sólo por Claro Video.