Hablar sobre Adam Driver es traer a nuestra mente a Kylo Ren, el despiadado villano que se unió al lado oscuro de la fuerza para aprender de Snoke. Formar parte del elenco de Star Wars: El despertar de la fuerza ha sido sin duda uno de los mejores aciertos del actor californiano, aunque años antes ya había trabajado junto a directores consagrados como Clint Eastwood, Steven Spielberg y los hermanos Coen.
Pocos lo saben, pero la carrera actoral de Adam Driver podría considerarse un auténtico golpe del destino digno de un guión de película. Su infancia y adolescencia transcurrieron con normalidad hasta que cumplió 18 años y decidió enlistarse en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos luego de los atentados del 11 de septiembre.
Adam estaba decidido a entregarse para servirle a su país; incluso tuvo una experiencia que lo acercó a la muerte cuando fue el objetivo de un fósforo blanco que por suerte se desvió antes de llegar a su destino. Aunque demostró tener todo el carácter para convertirse en un digno miembro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, la vida le tenía una sorpresa.
Cuando cumplió 3 años como marine, tuvo un accidente mientras viajaba en su bici de montaña que le provocó una ruptura de esternón. Debido a la gravedad de la lesión fue dado de baja del ejército, y con ello también se le negó la posibilidad de luchar en Medio Oriente. Fue entonces que decidió perseguir su sueño de convertirse en actor y volver a audicionar para ganarse un lugar en la Escuela Juilliard, prestigioso instituto neoyorkino de donde se han graduado importantes figuras del medio artístico como Kevin Spacey, Robin Williams, Gillian Jacobs, entre muchas otras.
Adam fue aceptado y luego de su graduación incursionó en Broadway. Un año más tarde ya se encontraba compartiendo cámaras con Leonardo DiCaprio y Naomi Watts en J. Edgar; sin embargo, su verdadero triunfo sucedió cuando Lena Dunham lo llamó para ser su conflictiva pareja en Girls, una serie que retrata la vida de un grupo de chicas veinteañeras que intentan sobrevivir a la vida adulta mientras viven un sinfín de aventuras citadinas.
La serie catapultó su carrera y le dio la posibilidad de figurar en películas aclamadas por la crítica como Midnight Special, Inside Llewyn Davis, Balada de un hombre común, y Silencio, de Martin Scorsese. La excepcional capacidad histriónica que Driver demostró en cada una de las cintas anteriores cautivó a J.J Abrams, quien lo contactó personalmente para interpretar a Kylo Ren, sin necesidad de audiciones.
Quienes conocen a Adam concuerdan en que el actor es una persona centrada, amable, honesta y sin ansias de convertirse en la estrella dorada de Hollywood. Respecto a las lecciones aprendió siendo parte del ejército en su carrera artística, Adam ha declarado que ser marine y actuar no es muy distinto, pues en ambos oficios «te ves desposeído de todas tus cosas, de tu identidad, para formar parte de algo más grande que tú».
Sobre su participación en la saga, que comenzó mucho antes de que él viera este mundo por primera vez, ha declarado que se trata de un personaje que peca mucho más de poco refinado que de malo, pues «hay peores por ahí»; además, ser Kylo Ren le permite inmortalizarse en las películas que verán los hijos de sus amigos, e incluso su propio hijo, y pagar las operaciones de su perro, aficionado a comer cosas extrañas. Cada vez que Adam habla sobre el personaje soñado por una larga lista de actores bromea y deja claro que lo suyo no es el egocentrismo y que detesta la frivolidad.
En el 2006 Adam y su esposa, la actriz Joanne Tucker, fundaron una organización sin fines de lucro llamada «Artes en las fuerzas armadas», que se dedica a ofrecerles a los miembros del ejército un programa de enseñanza en teatro. Con suerte alguno de ellos le seguirá los pasos.
Ahora que conoces un poco más sobre Adam Driver, te invitamos a entrar a Claro video para ser testigo de los personajes que han proyectado su carrera como una de las más prometedoras del momento.