Premiada con los Globos de Oro a Mejor Dirección y Mejor Banda Sonora y otorgándole a Guillermo del Toro otros dos galardones como Mejor Director en los premios Bafta y Critics’ Choice Awards, ‘La Forma del Agua’, esperadísima película del director mexicano, se estrenó este mes en México en mil 200 pantallas a nivel nacional, posicionándose rápidamente como el título número uno en la taquilla de nuestro país.
Considerada por la crítica especializada como la mejor película de del Toro desde su aclamada obra El Laberinto del Fauno, La forma del Agua cuenta con un guión coescrito por el propio Guillermo. Con una ambientación ubicada en el año 1963 en los Estados Unidos, esta increíble cinta es una verdadera carta de amor del premiado director tapatío al séptimo arte, con la que vuelve a mostrar su talento como narrador y su pasión y compromiso hacia el cine fantástico.
Con una elegante propuesta visual acompañada de una historia llena del romanticismo gótico que lo caracteriza, del Toro demuestra una vez más por qué su trabajo es garantía de buenas críticas y de un gran éxito en taquilla.
A simple vista, esta película cuenta un relato fantástico, lleno de magia, ternura y hasta cierto punto, un poco de horror. Posee una trama que te atrapa desde el primer segundo y te hace creer en lo imposible, pero analizando un poco, descubres que realmente es un retrato del mundo actual y de las contradicciones que hacen que sean nuestras imperfecciones las que nos hacen perfectos.
El universo cinematográfico de Guillermo del Toro está lleno de humanos monstruosos y de monstruos muy humanos y La Forma del Agua no es la excepción. Destinados a ser una de las parejas más memorables de la pantalla grande, sus protagonistas, Elisa (una encantadora Sally Hawkins) una mujer muda que trabaja en el departamento de limpieza de un centro gubernamental, y el hombre anfibio (Doug Jones), una extraña criatura que es objeto de estudio por parte del gobierno que lo mantiene cautivo, representan la marginación en la que viven ciertos sectores sociales y la discriminación de la que todavía son objeto.
Poseedora de un poderoso efecto visual en donde las imágenes se combinan con excelente destreza en una paleta de tonos verdes, una delicada iluminación y un elegantísimo lenguaje cinematográfico, La forma del Agua resulta un oscuro pero fascinante cuento de hadas que lleva a la audiencia a una hipnosis de la que le es difícil querer salir. Y es que el trabajo de Guillermo, el excelente elenco, la música de Alexander Desplat, el diseño de producción y un manejo de la cámara que permite al espectador contemplar ese mundo como si estuviera dentro de la propia historia, hacen que la cinta resulte una verdadera obra de arte que simplemente no te puedes perder.
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